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Productos importados en la cuerda floja por ley de etiquetado.

La norma emitida por MinSalud ha generado un impacto positivo para los consumidores. Un panorama diferente a las compañías de la industria, quienes tendrán nuevos desafíos de innovación.


Los consumidores son cada vez más conscientes de su nutrición, asumiendo hábitos más sanos para evitar enfermedades como la diabetes o la obesidad, por lo que la Ley de etiquetado frontal de alimentos y bebidas que está en marcha es un incentivo para cumplir con este propósito.

Sin embargo, para la industria de alimentos y bebidas representa una serie de retos en cuanto a la adaptación de empaques, en algunos casos, una reformulación y la innovación de productos más saludables que se ajusten a las tendencias de consumo actuales.

¿Qué dice la Ley de etiquetado en Colombia?

Etiquetado frontal

El Ministerio de Salud y Protección Social, a finales del 2022, expidió la Resolución 2492 reglamentaria de la ley 2120, que establece el reglamento técnico de etiquetado nutricional y frontal para alimentos envasados y empacados.

“Con esta Resolución estamos reglamentando el etiquetado frontal, con la implementación del sello octogonal con fondo negro, donde se advierte sobre el exceso de grasas trans y saturadas, calorías y azúcares de tal manera que tenga impacto positivo en la alimentación de ciudadanos, niños y niñas y acceder a una alimentación saludable”, afirmó la ministra, Carolina Corcho.

De acuerdo con la entidad, esta normativa se aplica a todos los alimentos de consumo humano, nacionales e importados, a excepción de productos como fórmulas infantiles para niños entre 0 y 12 meses, alimentos para propósitos médicos especiales, infusiones de hierbas de fruta, té descafeinado e instantáneo, entre otros.

Especificaciones del etiquetado frontal

Etiquetado frontal

En Colombia, esta ley que establece requisitos para el uso de aditivos y la presentación de información nutricional en los alimentos. Esta ley de etiquetado frontal se aplica a través de la colocación de sellos en los productos que indican si cumplen o no con ciertos estándares. Hay dos tipos de sellos: positivos y negativos. Los sellos positivos se colocan solo en los alimentos que tienen bajos contenidos de grasas saturadas, sal, sodio o azúcares añadidos, y que no contienen edulcorantes.

Así, esta reciente resolución modifica varios artículos de la resolución 810 de 2021. Entre los cambios se encuentran los siguientes puntos:

  • Adoptar la clasificación de alimentos, según modelo de Organización Panamericana de la Salud OPS (2016).
  • Adoptar los sellos octagonales con reborde blanco, que indique “Exceso en”, ubicado en el tercio superior del empaque.
  • Adicionar los sellos para grasas trans y edulcorantes.
  • Restringir las declaraciones en salud y nutricionales cuando hay presencia de sellos de advertencia.
  • Se amplía en seis meses la entrada en vigencia de la Resolución 810 y su modificación
  • Se establece como fecha máxima para el retiro de productos que no cumplen con lo establecido en el reglamento técnico el 16 junio de 2023.

¿Cómo va la implementación del etiquetado frontal?

Desde la notificación de la nueva resolución, un gran porcentaje de empresas ha acatado esta norma, lo que da cuenta de que el proceso de etiquetado va avanzando a un ritmo considerable.

“La gran mayoría de las empresas hicieron lo posible para implementarla y evitarse contratiempos de acuerdo con la fecha reportada por la norma, esto asociado con que varios de los distribuidores de sus productos por políticas internas les empezaron a exigir con anticipación ajustar sus empaques. Lo anterior generó que el proceso de implementación de esta nueva norma haya avanzado de forma significativa y prueba de esto es la cantidad de productos que hoy vemos en el mercado con los sellos de advertencia”, le dijo en entrevista a la revista IAlimentos, Yeysson Rodríguez, especialista en asuntos regulatorios y propiedad industrial.

En línea con esto, se está llevando a cabo la implementación de los nuevos sellos octagonales requeridos por la Resolución 2492 de 2022, los cuales serán exigidos a partir de junio de este año. “Para ello, hasta ahora las empresas está iniciando su etapa de transición”, siguió Rodríguez.

Sin embargo, de acuerdo con el especialista, será común encontrar en el mercado una variedad de sellos frontales en los productos, ya que MinSalud de la mano del INVIMA permitió la presentación de las autorizaciones de agotamiento de las etiquetas hasta junio del 2024.

Desde otra perspectiva, para Andrea Melo León, experta en sistemas integrados de gestión con énfasis en seguridad industrial y alimenticia, a este proceso de etiquetado le hace falta un factor imprescindible: la pedagogía.

“La meta de este tipo de políticas es la de educar a la población para poder mejorar sus hábitos alimenticios y reducir así los riesgos de enfermedades no transmisibles (ENT) que impactan altamente el sistema de salud pública, como la diabetes, la hipertensión y obesidad.  En ese aspecto creo que estamos fallando, ya que, aunque la ejecución en puntos de venta es buena a nivel del rotulado, la campaña educativa que debería acompañar esta iniciativa es muy escueta por no decir que casi nula”, le indicó Melo a esta Revista.

¿Cuál es el impacto del etiquetado frontal?

Sin duda, para los consumidores esta medida ha sido un aliciente para cuidar su salud, pues según el más reciente estudio de Kantar Worldpanel, el cual se realizó a 1.150 hogares de diferentes los niveles socioeconómicos, los hogares colombianos están dispuestos a dejar de consumir por el etiquetado frontal 12% en lácteos, 16% en bebidas y 38% en alimentos.

En contraste, esta norma ha generado algunos impactos negativos para las empresas debido al aumento de costos operativos que significa el cambio de empaque o la adición del etiquetado. Esto incluye el diseño, la materia prima y la logística, ya que es necesario retirar o reemplazar los productos que no cumplen con la normativa. “Sin embargo, al ser una implementación paulatina, ha habido tiempo para planear ese cambio”, señaló Melo.

Respecto a los productos importados, para la experta, las grandes multinacionales ya habían tenido que hacer algunos cambios similares para ingresar a otros países donde la ley de etiquetado ya existía, como Chile, Ecuador o México.

Lo que está pasando ahora es que algunos productos más especializados o de nicho, han optado por añadir una etiqueta que cumple con la norma en vez de cambiar completamente su empaque. Esto es algo que han venido enfrentando por años para poder ingresar al mercado europeo y ahora a varios países de Latinoamérica”, explicó.

Para Rodríguez, el reto fue mayor para los productos importados, pues “prácticamente obligo a los fabricantes del extranjero a crear una etiqueta específica para Colombia”. Adicionalmente, en otros casos “obligo a sus importadores a tener que complementar las etiquetas de origen con varios stickers para cumplir con la norma, un tema que, dicho por varios de ellos, afecto directamente el tema económico de las empresas”, comentó.

Desafíos para el sector de alimentos

Etiquetado frontal

Se creería que los alimentos altos en grasas, azúcares o sodio son a los que más afecta la Ley de etiquetado frontal. Sin embargo, los que recibirán un mayor impacto son aquellos que eran considerados por los consumidores como saludables, según el estudio de Kantar.

Para la experta Andrea Melo, uno de los retos que tiene la industria de alimentos y bebidas es adaptarse a esta norma y tomarlo por un lado que beneficie a la marca. “Es importante aprovechar y concentrarse en el lado positivo de esta iniciativa que los impulsa a ingresar a mercados saludables, “fit” y a las nuevas generaciones que son quienes más tienen ese enfoque”.

Esto se alcanzaría, de acuerdo a Melo, por un lado, trabajando en una relación de transparencia con el consumidor “para que sienta que la empresa no tiene nada que ocultarle y que el producto ofertado, puede ser ese pecadito que nos regalamos una vez por semana”.

Y, por otro lado, se lograría trabajando en desarrollo e innovación de nuevos productos “que en vez de reemplazar, complementen los productos ya existentes.  Hay que trabajar líneas light, bajas en calorías, que permitan que los consumidores logren una mezcla idónea de su consumo sin serle infiel a la marca”, propuso la experta.

 

Información tomada de ALIMENTOS.COM