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“Hay que recordarle a nuestros políticos que la propiedad intelectual no entiende de siglas ni partidos”

Etienne Sanz de Acedo, CEO de la International Trademark Association (INTA), habló con Marcasur sobre los preparativos del Annual Meeting en Singapur, que ya supera las 4 mil inscripciones y tendrá el valor agregado del contacto directo con ejecutivos de startups y empresas de toda Asia. También analizó la importancia de adelantarse a los cambios en la propiedad intelectual y la necesidad constante de que el sector privado esté detrás del sector público.

¿Cómo avanza la preparación del Annual Meeting en Singapur?

Los preparativos están yendo muy bien. Esperamos una participación en torno a las siete mil, ocho mil personas. Ya estamos en cuatro mil y cuando finalicé el early bird el 10 de marzo serán aún más. En definitiva, creo que vamos a cumplir con las expectativas. La gente está muy activa y obviamente tenemos muchas inscripciones de asiáticos y de empresas asiáticas; de China, de Japón y de Corea del Sur, principalmente.

¿Y en cuánto a Latinoamérica?

Hay unos 400 inscritos con 29 países ya representados. Hay alrededor de 100 de Brasil, 75 de México y 50 de Argentina. Son cifras que ya empiezan a ser muy interesantes.

¿Qué significa para INTA retornar a Asia?

Es una satisfacción muy grande, es reforzar la idea de INTA como una asociación global. Singapur estaba previsto para 2020 y por la pandemia se retrasó. Es nuestro compromiso llegar a todas partes del mundo y ver un incremento de nuestra membresía. Y cada vez que vamos a un país con nuestros eventos vemos como en esa región aumentan la membresía.

¿Qué tan lejos está INTA de hacer su evento anual en Latinoamérica?

A mí me encantaría, pero tiene que ver con la infraestructura del congreso, con los centros de conferencia para organizarlos y la capacidad hotelera. En Asia puedes en una serie de hoteles abarcar toda la participación de INTA. Esa estructura hotelera no existe al día de hoy en Latinoamérica. Yo no excluyo que un Annual Meeting ocurra en el futuro pero no creo que sea en el futuro inmediato.

Da la sensación que, con la pandemia ya concluida, hay un deseo de los miembros de INTA de tener nuevamente un Annual Meeting fuerte tras la pandemia.

Es así. Tenemos dos formas de comparar este evento en Singapur: con Hong Kong en 2014 y con el año pasado en Washington DC. Y este es un evento que en la previa tiene muchísima más participación: desde que abrimos las inscripciones estamos doblando los números de registros del año pasado. Esto se aplica no solamente para Asia sino para una serie de países europeos. Había un poco de incertidumbre inicial pero ya estamos superando esa incertidumbre. Hay una muy buena reacción en general y y estamos muy satisfechos.

¿El formato presencial/virtual llegó para quedarse?

La intención es seguir manteniéndolo, aunque sabemos que hay un interés de los miembros de retornar al formato físico. Pero apostamos a ambos y queremos que quienes estén inscriptos y optan por las dos cosas tengan tiempo de hacer ambas: de ir al evento físico, regresar a casa, relajarse, volver a la rutina y disfrutar de contenidos similares virtuales pero con sesiones nuevas. Al final es un beneficio pues con el precio de uno te estás llevando dos eventos. Estamos intentando de esa manera beneficiarnos de lo mejor de los dos formatos, porque la realidad es que nada sustituye el contacto convencional, el abrazo, la conversación, la copa. El formato virtual es un complemento útil siempre y cuando esté bien posicionado y bien definido.

En Singapur, ¿el contenido educativo virtual será diferente al presencial?

Sí, pero las sesiones más interesantes del contenido presencial queremos que estén también en el virtual y también que los speakers estén disponibles para un turno de preguntas y respuestas, lo cual es importante para los asistentes virtuales no solo para aprender sino para mantener un networking con los speakers.

¿Notan una predilección de los miembros hacia el networking más que hacia el contenido educativo? En varios eventos parece haber un aumento de actividades culturales, deportivas y gastronómicas, entre otras.

Para nosotros es fundamental el networking porque el Annual Meeting de INTA es el evento donde tienes el mayor número de corporates y nuestro rol es facilitar ese networking. Pero al mismo tiempo volcarse demasiado sobre actividades lúdicas y sociales, olvidando el contenido, tal vez no sea la mejor solución porque a los miembros corporates les gustan las sesiones educativas y porque también tenemos que avanzar en la defensa de los intereses de las empresas y de la defensa de la propiedad intelectual. Ambas cosas se consiguen a través de sesiones educativas, de seminarios, de talleres, más teniendo en cuenta que en INTA participan muy fuertemente legisladores y autoridades y oficinas públicas de todo el mundo. Por ejemplo, de cara a Singapur tuvimos una reunión de alto nivel con la oficina de China (CNIPA) y nos han confirmado una participación masiva al más alto nivel en el Annual Meeting. Y cuando viene el gobierno chino no viene a hacer networking, viene a entender de políticas y viene a hablar de temas sustantivos.

¿Cómo será la línea educativa y académica del Annual Meting 2023?

Vamos a trabajar sobre dos tracks: IP & Innovation y The Business of Brands. La idea es que haya mucho contenido sobre propiedad intelectual, con una mirada hacia el interés cada vez mayor en las patentes, y que el business track hable mucho sobre la monetización de la propiedad intelectual. Queremos entender cómo funcionan las startups y cómo incorporan la PI en sus estrategias y modelos de negocio. Por eso va a haber mucha participación de directivos de empresas.

¿De empresas asiáticas?

Lógicamente al ser en Asia es probable que haya más representantes de empresas que sean de Asia, pero lo que se pueda hablar de Asia aplica para el resto del mundo. Y sobre todo para los abogados es importante entender cómo funciona una startup, cuando empiezan estas empresas a valorar la propiedad intelectual y cómo la entienden.

¿Cómo está INTA tras la pandemia?

Ha salido fortalecida tremendamente. Evidentemente han sido años complicados, pero nosotros internamente sabíamos que no íbamos a salir de esta situación hasta después del evento anual de Singapur. La realidad es que durante la pandemia seguimos desarrollando proyectos, planteamos nuevos servicios, la membresía se mantuvo muy involucrada, logramos tener más visibilidad entre las autoridades públicas y desde una perspectiva económica hoy gozamos de muy buena salud.

¿Qué objetivos tienen para 2023?

En nuestro plan estratégico está ser una organización muy proyectada a futuro, un facilitador de mejores prácticas y un apoyo a la protección de la propiedad intelectual tanto a nivel de filing prosecution como a nivel de enforcement.

¿Y para Latinoamérica en específico? ¿Cómo está funcionando la oficina de INTA en Santiago de Chile?

Esta funcionando muy bien porque tenemos una interacción muy buena con la membresía de Latinoamérica. Cada vez los miembros de Latinoamérica están más involucrados con INTA. Antes tal vez percibían que INTA era muy norteamericana y ahora están entendiendo que es de todos. Y nuestra oficina en Santiago de Chile es además una oficina muy bien liderada, en el pasado por José Luis Londoño y ahora por Carolina Belmar, y enfocada en interactuar con las oficinas de propiedad intelectual de cada país. Nos parece importante apoyar el trabajo de las oficinas, de los jueces, y ocuparnos de los temas más preocupantes de la región como la falsificación, la piratería y el brand restriction.

¿Qué se pude esperar de la presidencia de Jomarie Fredericks?

Uno de los proyectos será analizar cómo las crisis económicas pueden afectar la propiedad intelectual, en una especie de toolkit o documento de mejores prácticas para enfrentar futuras recesiones. Nuestra presidenta también lidera el proyecto Unlock IP, que busca tratar de explicar a los medios de comunicación más generalistas, no especializados en PI, en qué consiste la propiedad intelectual: tratar de resolver dudas, corregir errores, explicar términos, diferenciar cosas como una marca de una patente…

¿Se equivocan mucho los medios de comunicación al hablar de PI?

Hemos visto que hay muchísima confusión en los medios sobre la propiedad intelectual, incluso dentro de la prensa económica. Quizás no tanto en Estados Unidos, pero muchas veces uno lee la prensa económica de todos los países y nota esa confusión. Y es difícil luego pedir una fe de erratas cuando la nota ya se publicó. Entonces estamos buscando una forma para que los medios entiendan previamente de lo que están hablando cuando hablan de PI.

Mencionaste que INTA es una organización muy proyectada a futuro. ¿Cómo intentan serlo?

A finales del año pasado sacamos un reporte de alto nivel sobre la protección de la propiedad intelectual en el espacio. También hemos hecho white papers sobre el metaverso y sobre el blockchain. Ahora uno de nuestros proyectos es intentar analizar cómo sería un derecho de propiedad intelectual completamente nuevo. Queremos siempre seguir en esa línea de acción sobre futuros retos para la PI, porque ahí es donde el sector privado tiene quizás más capacidad de reacción o de anticipación que el sector público. Nosotros como sector privado lo que estamos intentando desde una perspectiva global es facilitar al sector público sobre cuáles serían las líneas a seguir. El informe sobre el espacio, por ejemplo, se lo presente personalmente a Daren Tang, el director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Más allá de la demora del sector público para mantenerse al ritmo de las actualizaciones en la propiedad intelectual. ¿Hay una tendencia de los gobiernos de izquierda a darle menor interés a la PI?

Te diría que eso es común no solo en Latinoamérica sino globalmente. Lo que yo creo que es hay que recordarle a nuestros políticos y a nuestros gobiernos que la propiedad intelectual no entiende de colores, siglas ni partidos. Al contrario, el bienestar social reposa en el desarrollo económico y para eso es clave la propiedad intelectual. La mayoría de nuestras empresas son pequeñas y medianas, y si no conseguimos que puedan defender sus propios derechos de propiedad intelectual, flaco favor le estamos haciendo a nuestras economías y a nuestro desarrollo económico.

¿Hay una confusión de la clase política de creer que la propiedad intelectual son multinacionales, cuando las pequeñas y medianas empresas son el eje fundamental?

Claro. Y no hay que olvidar además que las multinacionales en sus cadenas de suministro se nutren del trabajo de pequeñas y medianas empresas, y de emprendedores, generalmente siempre locales. Hay entonces que reconocer, promocionar y proteger al emprendedor local a través de marcas, de patentes, de lo que corresponda.